lunes, 23 de abril de 2012

EL LOCO

Me preguntáis como me volví loco. Fue así. Un día, mucho antes de que nacieran algunos dioses, desperté de un profundo letargo y descubrí que me habían robado todas mis máscaras -si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas-; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando: “¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!” Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, algunas personas, llenas de horror, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó: “Miren! ¡Es un loco!” Alcé la cabeza para mirarlo, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité: “¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!” Fue así que me enloquecí. Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser. Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón. Khalil Gibran

domingo, 22 de abril de 2012

RETOMANDO....

HAY VECES QUE SE SIENTEN GANAS DE DECIR.....

domingo, 7 de noviembre de 2010

EL ZORRO Y EL PRINCIPITO



Entonces apareció el zorro:

-¡Buenos días! -dijo el zorro.
-¡Buenos días! -respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vío nada.
-Estoy aquí, bajo el manzano -díjo la voz.
-¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el principito.

Pero después de una breve reflexión, añadió:

-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -díjo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear vínculos... "
-¿Crear vínculos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
-Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el principito.

El zorro pareció intrigado:

-¿En otro planeta?
-Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
-¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
-No.
-Nada es perfecto -suspiró el zorro.

Y después volviendo a su idea:

-Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.

El zorro se calló y miró un buen rato al principito:

-Por favor... domestícame -le dijo.
-Bien quisiera -le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no fienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
-¿Qué debo hacer? -preguntó el principito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio ún poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

El principito volvió al día siguiente.

-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejempló, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la feliçidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunça sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -inquirió el principito.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando eI día de la partida:
-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.
-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...
-Ciertamente -dijo el zorro.
- Y vas a llorar!, -dijo él principito.
-¡Seguro!
-No ganas nada.
-Gano -dijo el zorro- he ganado a causa del color del trigo.

Y luego añadió:

-Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:

-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:

-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.

Y volvió con el zorro.

-Adiós -le dijo.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
-Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse.
-Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
-Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...
-Yo soy responsable de mi rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo

ESTE VA EN HONOR A TI QUE DESPUES DE DOMESTICAR TU ROSA DECIDES ABANDONARLA Y NO HACERTE CARGO DE SU DOMESTICACIÓN.

domingo, 13 de junio de 2010

EL PERDÓN COMO POSIBILIDAD LIBERADORA

Si partimos de la premisa de que el conflicto es inherente a la condición humana y que además somos diferentes por naturaleza y a partir de ello establecemos que el conflicto, además está ligado a la convivencia de los seres humanos; podemos entonces, darnos cuenta que es casi imposible escapar de la realidad que connota un acto ofensivo, ofensivo en tanto nosotros mismos hemos dotado tal acto de dicha significación, situación que solemos desconocer y nos lleva a resentirnos evitando así evaluar las posibles salidas a las situaciones, no lograr establecer los puntos objetivos del acto en sí, solo guiándonos por nuestro propio referente, marginando el del otro, quedándonos entonces a merced de nuestra propia percepción y sin deseo de modificarla. Es en este momento donde hace su aparición el “ego” en su más alta expresión traducido en lo que llamamos “orgullo” quedándonos atrapados en nuestra propia realidad, revolcándonos en nuestras frustraciones y en el dolor que causo alguien y solemos permanecer allí por mucho tiempo, bloqueando así nuestra capacidad para ser libres y poder irradiar luz a quienes nos rodean, porque cuando solo cargo basura en el interior es solo basura lo que entrego a los otros, hay una adagio muy utilizado por lo menos en mi medio y lo considero muy cierto “nadie da de lo que no tiene” o sea que el contrario sería “solo se da de lo que se tiene y si solo estamos cosechando rencor, dolor intolerancia cada vez nos volveremos peores seres humanos y hasta nosotros mismo nos odiaremos.

Es entonces donde valoro de manera infinita la posibilidad del perdón que más que ser la posibilidad para otros es la posibilidad propia de experimentar libertad y hacer que lleguen cosas buenas a nuestra propia vida, perdonar es simplemente darse la posibilidad de desprenderse de algo que nos hace daño y si nos hace daño ¿para qué queremos seguirlo reteniendo en nosotros? El perdón es más un bien para quien lo otorga que para quien lo recibe.

Además se debe establecer una diferencia entre perdonar y olvidar, porque no necesariamente perdonar significa olvidar, dado que es imposible borrar los acontecimientos por los que ha transitado nuestra vida, más aun, es delicado olvidar porque se pierde la posibilidad del aprendizaje que nos otorgan los hechos vividos, por lo tanto olvidar implicaría repetir el mismo error. La idea de perdonar entonces, es aprender a convivir con la cicatriz dejada en el alma, pero ya por fuera del dolor inicial que ocasionó y transformada en aprendizaje para la vida; a partir de ese aprendizaje eres tu el dueño de tu vida, ya no un hecho externo, y tu eres quien toma las decisiones para ser feliz.

sábado, 3 de octubre de 2009

AUN QUEDA MUCHO POR APRENDER

Cada cosa tiene una razón en la vida... esta publicación habla por sí sola hace parte de las convicciones que poseo. Hoy es un día en que desearía solo tomar decisiones acertadas, pero entiendo que el carácter de humana -escencia de mi ser- no me puede dar la certeza de ello, el afecto, el reconocimiento es algo tan anhelado, está en la cúspide de las necesidades humanas y hasta se cae en el servilismo en nombre de nuestro narsicismo por obtenerlo, dejando de igual forma en cuestión esa condición humana.
Aún así, no es posible dejar de reconocer que hay muros, barreras, cadenas invisibles que definitivamente desatar es imposible por que han sido parte de nuetras elecciones y por tanto permanecerán allí, aunque no necesariamente implica renunciar al deseo de obtener un poco de satisfacción, sin obviarlas claro, pero un poco de satisfacción merecida en una vida que merece ser vivida....


Yo, que creí saber tanto respecto a relaciones amorosas, últimamente, sin querer y sin darme cuenta, en medio de un amor y otro, observando mis experiencias, mis aciertos y sobre todo, mis errores, he visto que en materia de amor, aun me falta tanto por APRENDER... por ENTENDER... por CAMBIAR... por CORREGIR... por ACEPTAR... por MEJORAR...

DEBO APRENDER que enamorarme no es obsesionarme ni irme a los extremos.

DEBO APRENDER que no debo poner toda la motivación de mi vida en una persona.

DEBO ENTENDER que no se debe rogar amor y que una relación de pareja no es para vivir angustiado.

DEBO APRENDER que si pretendo tener una relación de adulto, debo comportarme como tal.

DEBO ACEPTAR que en el amor, como en cualquier otra cosa de la vida, existen los tropiezos, las caídas y los dolores, y el miedo lo único que hace es dificultar más las cosas.

DEBO APRENDER que no es bueno sobrevalorar, endiosar, ni idealizar a nadie. Porque todos somos humanos, y no debo esperar de mi pareja más de lo que puedo esperar de un ser humano.

DEBO APRENDER que es bueno ser como soy, siempre y cuando eso no implique irrespetar a quien esté conmigo.

DEBO ACEPTAR que en algunas ocasiones es necesario pasar por un gran dolor para conocer una gran felicidad, ya que a veces el suelo del fondo es el más apto para brincar.

DEBO TENER PRESENTE que el sentir algo hoy, no implica que lo sienta mañana, y así como me permito disfrutar, también debo permitirme llorar, ya que el dolor es parte de la vida, al igual que el placer.

DEBO ENTENDER que la comodidad que me brinda la rutina es falsa, porque la vida está en constante cambio, por eso es necesario aprender a tolerar la inseguridad natural que se maneja en la vida cotidiana.

DEBO ACEPTAR que los planes pueden desaparecer en un instante, porque el futuro se mueve como él desee y no como a mi me de la gana. Si éste me permite hacer algunas cosas sobre él, debo estar agradecido y no lamentándome por todo lo que no pude hacer.

DEBO ACEPTAR que alrededor del amor, la sociedad ha creado muchas cosas que son un fraude. Por eso debo dejar de volverle la cara a la verdad sólo por seguir en una falsa comodidad o por miedo al dolor. Si la vida me demuestra que aquello en lo que puse mi corazón es una mentira, debo aceptarlo; llorando, desahogándome y renaciendo como la nueva persona que seré.

DEBO MEJORAR mi autoestima...

Para que la partida de quien quiero no me haga sentir despreciado, humillado o rechazado.

Para no ser tan sensible al abandono...

...para que no hiera mi ego....

...para no terminar creyendo que me dejaron por feo o por tonto...

...para poder aceptar que simplemente funcionó el tiempo que tuvo que funcionar.

Para no arrastrarme poniéndome de alfombra a los pies de nadie.

DEBO ACEPTAR que a quien le agrado hoy, no es seguro que le agrade mañana. Y eso no tiene porqué ofenderme si lo acepto...

Si acepto que a veces las personas no pueden dar más.

Si acepto que quien esté conmigo tiene derecho a no estarlo... y a que yo ya no le guste.

Si acepto que quien amo, tiene derecho a tomar sus propias decisiones... aunque a mi no me satisfagan.

DEBO RECORDAR que a veces, lo bueno se obtiene esperando y presionando se arruina. Por eso es necesario tener paciencia, esperar tranquilamente y RECORDAR...

Que la impaciencia es producto de un impulso emocional que tal vez pronto pasará.

Que la impaciencia asfixia a quien está conmigo.

Que la presión se puede convertir en irrespeto.

Que tomar una decisión mientras estoy impaciente es peligroso, porque estoy influido por un estado emocional extremo y pierdo toda objetividad, ahí no va mi verdad, va mi impulso, mi compulsión, y podría hacer algo de lo que me arrepienta.

Además, si soy paciente no veré como sufrimiento el tiempo que estoy en espera.

DEBO APRENDER a no ser posesivo. El que alguien se vaya no es perder una pertenencia que me gustaba mucho. Mi pareja no es mía, es prestada, y “su dueño” tiene derecho a llevársela cuando desee. Y aunque “ser dueño” de alguien brinde más seguridad que tenerlo prestado, debo entender que eso es una ilusión. Aunque crea que es mía, no lo es, por lo tanto...

No puedo decidir sobre la vida de quien esté conmigo.

No puedo esperar que haga sólo lo que yo desee.

No puedo controlarle, manipularle, adueñarme de ella, ni controlar su destino.

No debo reclamarle a la vida porque me quitó lo que me prestó.

Pero sobre todo... DEBO APRENDER... QUE NUNCA DEJARÉ DE APRENDER, y que mientras continúo aprendiendo, debo permitirme vivir y sentir.

Y ahora, que me empiezo a recuperar de los dolores que sufrí gracias a que ni siquiera había aprendido que había mucho que aprender, lo único que me queda es, tomar un gran suspiro y decirme a mí mismo...

¡Bueno amigo... volvamos a empezar

Tomado del libro Extrañando a Dina del psicólogo
Mario Alonso Madrigal Jiménez

Tal vez no lo sepas nunca, pero esta publicación va dedicada a ti y a tu condición....

viernes, 2 de octubre de 2009

A PASO LENTO VA LA CARAVANA



A paso lento va la caravana
por el sendero del alto peñón,
carretas viejas ya desvencijadas,
que con sus ejes trenzan su canción.
Es mi destino rodar por las huellas,
no detenerme nunca a descansar,
como en la noche viajan las estrellas,
mi camino es vivir sin reposar.(2)

RUEDAS Y CASCOS DE DURO PISAR,
VAN RESONANDO POR EL PEDREGAL;
¡ARRE CABALLOS! QUE HAY QUE ACAMPAR
CERCE DEL PASO EL RÍO JORDÁN,
QUE ESTE SOL ESTÁ POR ESCONDERSE
Y EN LA NOCHE DIFÍCIL ES ANDAR.(2)

Como carretas marchan nuestras vidas,
por un sendero, rumbo a nuestro hogar,
con hambre y sed de tierra prometida,
nos reuniremos detrás del Jordán.
Es mi destino rodar por las huellas,
no detenerme nunca a descansar,
como en la noche viajan las estrellas,
mi camino es vivir sin reposar.(2)

jueves, 1 de octubre de 2009

Cerca del alma...: REFLEXIONES

www.galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF2.doc"

PENSAMIENTOS QUE ESCAPAN HACIA TI...

TACTICA Y ESTRATEGIA

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo no
sé cómo ni sé con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco y saber que sos franca
y que no nos vendamos simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio más profunda y más
simple
mi estrategia es que un día cualquiera
no sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites

Mario Benedetti

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IMAGINANDOTE...

Un día apetecible para mirarte en mi turbia imaginación, nos creamos y desintegramos.
Yo te hablo y te tengo, apago tu fuego de un beso, sin certeza nos vemos y despacio nos miramos con sutileza nos tomamos y con fuerza nos unimos al sórdido animo de ser llevados por el aire,vamos despacio encontrándonos en miles de átomos, es necesario desintegrarte de vez en cuando. Hacemos un vuelo de sentimientos sin sentido propio ni paisajes soñados, ni sórdidas tristezas.

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¿Qué hago con este deseo que se impone impregnandose en cada centímetro de piel, solo te imagina a ti y me llama cobarde por no lograr que estés aquí?