sábado, 10 de mayo de 2008

¿Locos... ? Quizá...



(¿Los elefantes serian más felices si fueran rosados? El rosa me parece un color como medio sin carácter, su mezcla se quedo a medias reclamando más de rojo o de
blanco, no se… Sin embargo siendo grises no se salvan de tal calificación aunque, difiere, porque aquí encontramos un color que resalta, se impone por el contraste y la ambivalencia entre negro y blanco, oscuro y claro, ¿triste y alegre? a diferencia del rosado que su tenuidad lo ubica en la ambigüedad; no obstante considero al gris como un color mas serio, por lo tanto propio y digno de ser llevado por la criatura mas grande que tenemos en la selva; el elefante. Aunque algunos no compartan mi idea porque desde su mirada se ve a los marranitos - que también llevan su color - como poco serios cuando caminan, entonces pienso que los marranitos tendrían que ser de otro color ¿quizás rosados? Gustos como subjetividades, nada mas que decir…)

Si alguien se acercara al texto anterior seguramente reclamaría por una primera parte, por algo que argumente, que de forma, consistencia, que contextualice, focalizando el asunto en cuestión; por que asumirlo en la inmediatez sin ningún reparo, quizá pueda terminar sumergiéndolo en el mundo de la incoherencia, y la incoherencia es propia del mundo de los locos y aunque esta nos ubica por fuera de la cultura es digna de ser pensada desde el lugar de la "sensatez" como posibilidad misma de "ser" un poco.

Es esta la razón para creer que después de escribilo, justifica y desprejuicia el calificativo de loco, para enaltecerlo y situarlo en la cumbre de los elogios, elogios que solo pueden ser comprendidos por aquellos que han encontrado en un otro la posibilidad de la compresión misma.

Un encuentro... ¿Coincidencias, casualidades? Difícil creer en ellas, porque cada cosa que surge en nuestra vida no lo hace por que sí, siempre hay un contenido expuesto allí independiente de que pueda ser visto o no; aunque no es posible negar las contingencias que pueden surgir en medio del vivir, prefiero nombrarlas como sincronías de la vida, porque me permite apreciar en ellas las concordancias, las correspondencias, las coherencias, las reciprocidades que se pueden generar, a través de los vínculos que se establecen aún desde la "distancia" misma y no, las simples eventualidades ubicadas en el azar.

Con esto quiero decir que puede existir "cercanía" en la "lejanía" y que no en vano, se presentan momentos para constatar en esta dicotomía la perfecta dualidad, y digo perfecta porque de ser de otra forma caería en la imperfección, dado que un encuentro de almas puede ser estropeado por la correspondiente mediación del cuerpo, este lo quiere todo por que hace parte de lo real y lo real es inaprensible, por lo tanto absorbente, demandante, posiciona siempre la falta en el núcleo de las posibilidades la cual solo pretende fantasiosamente ser colmada y esta imposibilidad se traduce en exigencias cada vez mayores para terminar en el hastió; paso siguiente, ubicar nuestra ilusión en otras veredas y soñar con que “esta vez será mejor”.

Quizá la ilusión bajo estas circunstancias se ubique en postergar desde el velo del enigma el placer mismo que se genera frente al contacto etéreo, que solo se puede tener acceso a él por medio de vocablos, silabas, palabras, frases bien conformadas, que componen grandes textos que tocan sentires que están en el alma, logrando identificar que alguien o algo esta llamando a su puerta, así se niegue a abrir, pero conserva la esperanza de que no esta sola frente a lo incierto, que hay compañía en el umbral mismo… y ni que decir de la compañía, que se acerca sigilosamente llama a la puerta con la esperanza de que no se abra, pero conservando el anheló de no ser expulsada.

Sin embargo, en estas condiciones no se podría asegurar que estamos exentos de que llegue el hastió, porque es parte de las posibilidades, pero la experiencia misma nos cuanta sobre las expectativas que se cimientan frente a la imposibilidad, siendo esta el mejor detonante de la curiosidad y esta busca respuestas. Desde aqui entonces podría pensarse que producciones como esta son ya de alguna forma una respuesta, que indica ya una posición frente al reto asumido con la vida misma, dejándonos cada vez con mayor necesidad de elevar nuestras percepciones y experimentar nuevas formas de acercamiento.


Pero no cualquiera, no es posible que sea cualquiera… existen particularidades en cada quien que hacen que pongamos frente a las situaciones y nos asumamos en ellas, permitiéndonos crecer y fortalecernos, entonces, cualquiera se quedaría en la mitad, abortaría su capacidad con tal de no generarse contratiempos con sus opiniones y poder continuar, negandose así a conocer el mundo que se abre ante sus ojos y que solo le sugiere incredulidad al confrontarse con su sencibilidad poco experimentada que termina por enceguecerlo.

La puerta está cerrada aún, ahí estoy, ahí estás, cada uno del otro lado, pero ésta continúa cerrada… y tus palabras y mis palabras puestas en medio menguando el remolino.

... es conveniente que continúe cerrada... con amago de abrirse.

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